La protección solar se convierte en un elemento indispensable para asegurar la habitabilidad de los ambientes y una buena calidad de bienestar dentro de las estructuras comerciales y residenciales, por ello las ventanas y fachadas de vidrio deben estar adecuadamente blindadas con cortinas internas, parasoles y persianas venecianas.
De hecho, el estudio de la distribución de la luz del día or Daylight no es suficiente para garantizar la eliminación de los reflejos directos o indirectos - también propios de los VDT en lo que a oficinas se refiere - y ni siquiera el estudio termodinámico es suficiente para evaluar la existencia o ausencia de áreas en las que se crean los efectos de la radiación térmica debido a la energía solar no blindada adecuadamente.
La correcta solución de las cortinas actúa por tanto como un escudo, garantizando el confort visual y luminoso con medidas que tienen en cuenta algunas características del entorno en relación a las necesidades de luz y el contexto de exposición y las cortinas filtrantes utilizan tejidos disponibles en diferentes grados de apertura (definido Open Factor) permitiendo la maximización de la luz natural y la eliminación de reflejos.
La mala iluminación genera incomodidad visual, pero no proteger los espacios adecuadamente puede dar lugar a deslumbramientos con estrés y fatiga visual, más aún si se tiene en cuenta el hecho de que la naturaleza variable de la iluminación natural afecta la salud de la mente y el cuerpo (circadianos) de los ritmos de vida y del funcionamiento de los órganos, así como del estado de ánimo.
La radiación solar tiene diferentes ángulos según la hora del día y la temporada ya que el ángulo varía según la latitud en la que se encuentra el edificio.
La energía solar, como la luz solar, se refleja en parte hacia el exterior cuando se encuentra con la superficie del vidrio de la ventana y en parte se transmite directamente al interior de las habitaciones.
La iluminancia se expresa en lux e indica la cantidad de flujo luminoso interceptado por la superficie receptora; el tamaño es objetivo e independiente de la posición de la superficie con respecto al observador.
La luminancia, en cambio, se expresa en cd / m2 (nit) y corresponde a la cantidad de luz que llega a nuestro ojo por unidad de superficie, emitida o reflejada por las superficies y fuentes de luz que nos rodean; el tamaño es subjetivo y depende de la posición del observador.